La enfermedad es una oportunidad de cambio.
Si no registramos que hay algo que nos hace mal, que nos enferma no vamos a intentar cambiarlo.
La enfermedad nos lleva a dar ese paso a la curación y dejar de pensar que el problema está afuera.
Pero no me quiero referir únicamente a la enfermedad del cuerpo físico, sino a otras vivencias que venimos arrastrando desde hace tiempo y no les damos la entidad que tienen y la oportunidad de cambio.
¿Cuántas veces nos encontramos repitiendo personajes o situaciones que no deseamos? “Siempre me traicionan” “nadie me valora” “no me quieren” “siempre llego tarde” … la lista es larga y cada uno puede armar la suya.
La posibilidad de cambio nos invita a revisar que hago para obtener siempre la misma respuesta, lo que me pasa…que es lo que anda mal en mi… de qué modo me relaciono y me conecto con el otro.
¿Qué tengo que ver con lo que me pasa?
¿Porque persiste?
¿Porque no puedo dejar de hacerlo?
¿De dónde viene?
¿Porque vuelvo al mismo lugar?
"Hay en usted cosas que no funcionan por eso necesita usted ponerse enfermo"
Lo más fácil es ponerse en automático y repetir.
Debemos tomarlo como una oportunidad para develar y hacer evidente eso que vive en nosotros.
¿Como lo detengo, como salgo de ese espiral?
En muchos casos la ayuda profesional es importante.
Pero también debemos pensar, meditar sobre estas situaciones que se nos presentan.
Sacar la culpa, hacerse cargo de lo que nos pasa y detener ese empuje que nos lleva a repetir, y transformar. Asumir la responsabilidad y dejar de culpar a otro, desarmar las paredes que armamos y construir algo diferente con otras herramientas y otros recursos …
Este espacio esta creado para que reflexionemos.
Esta realidad nos ofrece varios territorios de distracción.
Si nos vamos directo a la investigación podemos elaborar varias teorías respecto de la educación, la vida, las creencias y demás.
Nuestra realidad ésta plena de momentos confusos, raros y de análisis.
Hay todo un círculo de vivencias que nos forman, nos van puliendo este transitar por el mundo en donde no tener personalidad es la tarea.
Y cuando asistimos a lo diferente, el grosso del pueblo lo combate.
Pienso que es por miedo, ¿y de dónde ha venido ese miedo?
De varios lados imposibles de analizar aquí y ahora en este comentario.
Se supone que nacemos con un montón de cualidades que con los años van disminuyendo y con los siguientes años que quedan, si nos damos cuenta, intentamos volver al origen para saber, quien soy.
Y con esa pregunta muchas más.
Una noria completa de andar medio dormidos, con tapa orejas y tapa ojos, tapa bocas en donde mirar para abajo parece ser la unión de las tribus actuales.
El cuerpo, aunque se crea lo contrario, es la herramienta que tenemos para expandir, para sentir plenitud, amor, empatía, etc.
El cuerpo es un instrumento maravilloso que nos da información a cada paso solo que lo hemos olvidado y hemos puesto todo ese valor en los “médicos” que nos dicen que hacer.
Y así se cuenta la historia en donde hoy por hoy las cosas se están cayendo por su propio peso.
Por lo tanto, el cuerpo enferma cuando no lo escuchamos, cuando lo olvidamos pensando que otras cosas son más importantes y lo real es que todo es importante.
El cuerpo es un instrumento maravilloso.
Es importante el abrazo, el acercamiento, la mirada completa, la observación de nosotros mismos, y la conexión que podemos hacer con ese cuerpo y todo el universo.
El cuerpo se enferma para decirnos de frente que estamos por el camino equivocado, mientras la mente quiere engañarnos y nos hace salir de él una vez más.
Eso es porque no estamos trabajando con todo lo que tenemos, andamos a media maquina pensando que la solución está afuera, que otro nos va a decir que hacer mientras nosotros seguimos distraídos e hipnotizados.
Ese espiral se recorre de manera consciente y solo así salimos de él, cuando nos damos cuenta de que estamos en ese espiral.
Todo lo demás son creencias limitantes, formas de hacernos perder el tiempo valioso de recuperar, sentir y expandir nuestro ser.
Hay muchas calesitas y hoy me viene a la mente una postal de Mafalda que dice: “paren el mundo que me quiero bajar”.
No deberíamos sentir eso, la verdad seria que nos demos un minuto de silencio para rebobinar nuestro proceder y darnos cuenta de que es tiempo de poner atención en que tenemos todo para sanar y cambiar nuestras vidas.
Asumir la responsabilidad de mirar hacia adentro, de a poco, pero en forma constante, porque ayudarnos a nosotros mismos implica que luego podremos hacer lo mismo hacia afuera y así poder cumplir con los propósitos de cada uno.
Con más amor, con más atención, con más empatía.
